En muchos países el matrimonio se considera una unión sagrada entre dos personas, pero los estándares culturales y sociales cambian con el tiempo, lo que requiere que se encuentren nuevas vías legales. En Colombia, la reciente aprobación de la ley de “divorcio libre” es un claro ejemplo de estos cambios. Esta ley garantiza que ambos o uno de los socios puedan solicitar el divorcio sin ningún motivo específico. Esto crea una base sólida para la protección de la libertad y la dignidad humanas.
En el pasado, la ley colombiana exigía la existencia de causas válidas para el divorcio. A menudo esto significaba procedimientos legales largos y dolorosos. Según la nueva ley, las personas ya no están obligadas a explicar o probar la culpabilidad de su cónyuge. Sólo basta el deseo de terminar la relación y contratar abogados.
Un divorcio libre también significa un proceso más eficiente. Si ambas partes están de acuerdo, el trámite se puede realizar ante notario. De lo contrario, el caso será conocido por un juez. La ley también exige un acuerdo adecuado sobre el cuidado de los hijos y la distribución de los bienes. Lo importante es que la nueva normativa proteja los derechos de las víctimas de violencia y les permita salir de relaciones tóxicas de forma más segura.
Este cambio trae consigo consecuencias no sólo jurídicas, sino también psicológicas y económicas. Las personas que estaban atrapadas en relaciones poco saludables ahora tienen la oportunidad de comenzar una nueva vida. Esto genera un aumento de la autoestima y un aumento de la esperanza para aquellos que han estado esperando una oportunidad durante mucho tiempo.
No debe confundirse el divorcio libre o unilateral con el divorcio express que requiere el mutuo acuerdo.
La ley no es perfecta y requiere de seguimiento y evaluación constantes. Es necesario fortalecer los mecanismos para que el proceso sea inclusivo y no excluya a ningún estrato social. Sin apoyo público, la ley no alcanzará su máximo potencial. El divorcio libre no es sólo un cambio legislativo, sino una revolución sociocultural.
No olvide contactar a nuestros abogados de familia